“BULLYING”
El
acoso escolar se ha vuelto un tópico bastante común. Algunos niños están en más
alto riesgo que otros y las consecuencias son serias. El tema de la violencia
en la etapa educativa, ha sido el foco de atención de diferentes áreas de
estudio. Es una situación compleja, delicada y muy seria, que tenemos que
comprender en todas sus implicaciones para poder prevenirla y atenderla.
Primeramente
tendremos que definir que es el bullying, tal como lo marca Goodman (2005) se
refiere:”… al uso repetido y deliberado de
agresiones verbales, psicológicas o físicas para lastimar y dominar a otro
niño, sin que hayan sido precedidas de provocación y en el conocimiento de que
la víctima carece de posibilidades de defenderse.” En tal caso los
participantes en dicho acción se dividen de la siguiente manera: “agresor”
(bully), “victima”, “victima-agresor” y el “neutro”
La mayor
parte del acoso ocurre en la escuela, más que en el camino a ella o de regreso
de ella. Los agresores (bullies) y las víctimas generalmente están en el mismo
grado escolar y, aunque se supone que los menores son supervisados en la
escuela, la mayor parte de los episodios de acoso no son del conocimiento de
los maestros y la víctima habitualmente se siente incapaz de reportarlos a
éstos y a sus padres. Velasco (2001)
Es muy común que los chicos que son
acosados o victimizados, presenten
frecuentemente síntomas psicosomáticos,
por ejemplo: que vomiten cuando saben que irán a la escuela, que les
duela la cabeza o el estómago, etc. Se ha visto que cuando un niño esté
presentando estos síntomas psicosomáticos, se debe sospechar de Bullying, entre
otras cosas. Para comprender más a cerca de la reacción de este acoso
diferentes teóricos han realizado muestras para poder realizar un estudio más
afondo del problema, tales como Craig y col, que en 2009 informaron que la
prevalencia del acoso escolar en 40 países con muestras nacionales
representativas fue de 8.6 a 45.2% en varones y 4.8 a 35.8% en mujeres. Además,
fueron identificados como agresores el 10.2%, como víctimas el 12% y como
víctima-agresor el 3%. Numerosos investigadores han analizado las consecuencias
del bullying
para la salud general de los individuos, las repercusiones en la salud mental,
el suicidio y las hospitalizaciones psiquiátricas.
Por
otro lado tenemos el TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad).
El TDAH es un trastorno de conducta que aparece en la
infancia, y que se suele empezar a diagnosticar en torno a los 7 años de edad
aunque en algunos casos este diagnóstico se puede realizar de una manera más
precoz. Se manifiesta como un aumento de la actividad física, impulsividad y
dificultad para mantener la atención en una actividad durante un periodo de
tiempo continuado. Además de esto hay niños en los que se observan a su vez
problemas de autoestima debidos a los síntomas propios del TDAH y
que los padres no suelen asociar a dicho trastorno. A su vez, el TDAH se
puede asociar con frecuencia a otros problemas, y sus consecuencias se
aprecian en distintos ambientes de la vida del niño, no solo el escolar, sino
que también afecta en gran medida a las relaciones interpersonales tanto con la
familia, como con otros niños y con sus educadores, siendo estas interrelaciones
clave en el desarrollo del niño. Canto (2009)
Un
punto interesante a mencionar, es que, cuando se es víctima y perpetrador a la
vez (ejemplo son los chicos con TDAH),se tiene tres veces más probabilidades de
presentar ideación suicida, y hasta
cuatro veces más probabilidades de que
dicha ideación continúe aún en la juventud y adultez.
No es raro que presenten
también estas otras consecuencias del TDAH frente a sus compañeros:
• Tengan roces con otros estudiantes o compañeros (agresiones por impulsividad;
no seguir las normas o reglas en los juegos).
• Terminen siendo rechazados.
• Ocupen lugares especiales en clase (donde no molesten, pero también donde más
difícil es mantener la atención en clase)
• Sean amonestados o incluso expulsados del colegio. Cervera (2009).
Como consecuencia de diferentes asociaciones
de patrones de conducta que vienen acompañado de acciones psicosomáticas
tenemos este comportamiento violento en los niños. Tal como se había mencionado
antes, “El Bullying” es un sistema de
participantes. No solo es el perpetrador, sino
también las víctimas, los perpetradores-víctimas y los espectadores.
Además, no solo involucra niños, sino también maestros, abuelos, cuidadores, padres, tíos porque
permiten el problema. Existen varias formas de Bullying: Bullying físico (golpes, aventones, peleas, etc.) Bullying verbal (groserías, apodos,
cantaletas, cartas o notas intimidantes, etc.) Bullying con gestos (miradas, sacar la lengua, hacer un ademán de
mofa, de humillación, etc.). Rodriguez (2001)
Estas
tres formas son Bullying Directo, y
existe otro tipo que se llama Bullying Indirecto, y es cuando a la víctima
se le aísla, se le saca de un grupo o no se le permite la integración a algún
grupo. Se habla rumores de la víctima, etc. Este tipo de Bullying es muy común
entre mujeres.
Las
problemáticas de la niñez, la infancia, la adolescencia y la juventud se
convierten en asuntos realmente importantes para algunas disciplinas
científicas y para Organizaciones Gubernamentales y No Gubernamentales cuando
se empieza a asumir la perspectiva de derechos, la cual se fundamenta en la Convención Internacional de los
Derechos del Niño y que postula como eje principal para el abordaje para estas
problemáticas el reconocimiento, garantía y restablecimiento de los derechos de
los niños, las niñas y los adolescentes. Hurtado (2007
La preocupación
por la presencia de dicho fenómeno no se limita únicamente a sus consecuencias
sino a su impacto en los procesos de educación. Benítez y Justicia (2006).
REFERENCIAS
Alvarez, L.,
Alvarez, D., Gonzales, P., Núñez, J., (2006). Evalucion de los Comportamientos Violentos en los Centros Educativos.
Colombia
Canto, T.,
(2009). TDAH, un problema que afecta al
niño y asu entorno durante todo el dia. Velencia
Cuartero, Cervera, T.,
(2009). Algunas Cuestiones sobre el TDAH.
México
Goodman. (2005) Child Psychiatry. 2da edición. Oxford. (2005:243)
Parra, A.,
Carvajal, N., (2010). Acoso escolar y
empatía en un grupo de adolescentes con trastorno dicosocial de conducta.
Universidad de la Babana. Colombia
Rodriguez,
J., Ortiz, M., (2001) Depresion Infantil.
Revista Cientifica Electronica de Psicologia. No 6. Pachuca, México
Ruiz-Velasco S, Roque-Santiago E. Albores-Gallo L, Sauceda-García JM, (2011). El acoso escolar (bullying) y su asociación con
trastornos psiquiátricos en una muestra de escolares en México. Salud Publica Mexico
.